¿Cómo y cuándo valoras la salud? ¡Cuando caes en cama!
Mientras nos sentimos bien y sanos damos por hecho que eso es lo normal, dejando de apreciar y agradecer lo importante que es tener salud.
Y… como este ejemplo, muchas de las cosas en nuestra vida.
Nos preocupamos por cosas sin importancia o por cosas que todavía no pasan, y cuando pasan, nos damos cuenta de cómo desperdiciamos aquellos ‘buenos tiempos’. O bien, pasamos la mayor parte del tiempo pensando en lo que nos hace falta, en lugar de disfrutar lo que tenemos. ¿No es esto acaso cosas de locos? Me pregunto: ¿Es sólo mediante los contrastes que uno puede apreciar las cosas ya que sin estos estamos en todo y en nada al mismo tiempo?
De igual manera en el ámbito espiritual, cuando está todo como queremos, damos por hecho que se debe a nuestro esfuerzo ‘físico-material’. Pero cuando las cosas no son iguales a nuestros deseos, entonces suplicamos y apelamos a nuestra parte espiritual, olvidando después que: ese esfuerzo y súplica fue lo que originó aquellos ‘buenos tiempos’.
Son los contrastes los que nos obligan a poner ATENCIÓN a lo que pasamos de largo. Si no existiera esta mecánica ni cuenta nos daríamos de muchas… muchas cosas. Por eso cuando las cosas se ponen mal es cuando más enfocados y atentos permanecemos debido a nuestro gran deseo de querer salir de ese estado que no es nada placentero.
Hemos olvidado a través de generaciones y generaciones lo que es realmente placentero.
La pregunta es: ¿A quién le estamos dando el gusto de sentir placer hoy en día?
Isabel Martínez Loya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario