sábado, 3 de marzo de 2012

A… Re-enfocar la apreciación de la realidad.


¡Todos somos Uno y sólo existe el bien!

La apreciación de un mundo dual es una instauración humana.

La opinión acerca de algo fabrica una separación psicológica en lo indivisible.

Ejemplo: alegría y depresión son los puntos extremos en la vibración de un mismo estado de ánimo. El primero se encuentra en su máxima expresión y el segundo es en su mínima expresión. Si repites en voz alta alegría y luego depresión escucharás que la resonancia es la misma.

El reconocimiento individual de ésta deficiencia humano-psicológica, es básico para la transformación conjunta en la forma de apreciar la realidad y de experimentar cambios insospechados.

El convencimiento firme en la frase: ‘Nada existe excepto Él’, similar a: ‘Sólo existe Uno y es el Bien’ o ‘Todo es Uno y esta Bien’, es fundamental.

Al desear desarrollar la capacidad de poder apreciar los opuestos como simultáneos y continuos, así como lo es también, desear experimentar la Unicidad es el principio para el regreso a Casa.

Para garantizar el retorno, se requiere de una - Gran Fuerza -  debido a que la vibración colectiva aún está en su mínima expresión.

Está Gran Fuerza se obtiene en la medida en que reconoces la incapacidad humana –psicológica- para lograrlo. Esta deficiencia mental, desarrolla en ti la necesidad de ayuda extra, una ayuda de - Orden Superior - de cualquier forma en que tú lo comprendas, que contrarreste y corrija la separación psicológica instaurada por tantas generaciones.

El desarrollo y la práctica de la fe por encima de la razón, es indispensable para mantenerse: firme, confiado, y para actuar en el logro del objetivo en contra de todo lo que se percibe.

La incapacidad humana de poder percibir a dos opuestos como lo mismo,  así como lo es apreciarnos como UNO, se debe a la falta de conexión con nuestra verdadera naturaleza, el espíritu.

¡La fe no pertenece al ámbito de la razón!

Isabel Martínez Loya.

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