¿Cuántas veces te has visto
repitiendo una y otra vez los mismos sentimientos debido a diferentes sucesos?
Cada quien en su vida experimenta de
forma única, repetidamente determinados sentimientos, que si uno llega a
entender el trasfondo que ellos… puede aprovecharlos para su desarrollo
espiritual.
Copio del libro de Al-Anon su
principio de las <3 C´s:
- Yo
no lo cree,
- yo
no lo puedo controlar,
- yo
no lo puedo cambiar >
Y yo agrego… Pero lo puedo
transformar, ya que: ¡Somos mucho más que un simple programa!
El programa está diseñado para que
funcione… ¡y funciona con Excelencia! ¿Acaso no es la repetición de un mismo
problema… lo que te hace buscar y buscar la forma de salir de él?
Si aún no lo has resuelto, es porque
todavía no has encontrado la puerta adecuada para transformarlo. Cuando te das
cuenta que el problema forma parte de una programación interna, y que nada has
podido hacer con ella… ¡pedirás! … implorarás! … por ayuda, y esta vez - la
petición vibrará con la potencia adecuada que te conectará a otro nivel de
frecuencia. Entonces y sólo entonces… podrás
percibir una especie de trampolín que te
permita trabajar por encima de dichos sentimientos, de dicho programa. Aprenderás
a usarlos de manera diferente, transformando tu ego -de egoísta a altruista. Es
decir, dejarás de experimentarlos como sentimiento de separación y aprenderás a
utilizarlos como una herramienta para sentir la conexión con los demás.
Ejemplo:
Observo una y otra vez -cómo mi
manera de ser y de interpretar el comportamiento de los otros, me lleva siempre
a adoptar una postura contraria a la de la mayoría de los que me rodean. Con mi
forma de percibirlo y exponerlo a los demás -los detono-, y por ende,
descalifican mi postura. ¿Y cómo podría ser de otra manera, si mi programa
traduce de forma diferente al del resto?
Ahora he aprendido que esa forma mía
de interpretar, es un programa dentro de mi, que yo no cree; que no he podido
controlar; ni mucho menos cambiar. Así que ahora, con mayor frecuencia
recuerdo: ‘que es mi programa; que yo no soy el programa; y que YO soy algo más
que eso. Es decir… me elevo por encima de aquella programación y observo la
intensión del Programador. Es Perfecto. Así he logrado transformar en algo
mucho mejor - aquellas cualidades que me causan conflicto en mi interacción con
los demás. También sé que ésta, como muchas otras características internas, serán el vehículo para seguir alcanzando
mayores transformaciones… ¡una y otra vez!
Isabel Martínez Loya
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